viernes, 27 de enero de 2017

Sol de invierno

Comienza el invierno...
Y por primera vez,
despierto sin el remordimiento de haberte dejado ir,
ya no me ahoga el collar que me regalaste y luego convertiste en soga. 
El sol lucha por inundar mi habitación a través de los huecos de una persiana que lleva demasiado tiempo cerrada y solo ha visto la luna. 

Foto cedida por David López, @davidlopal en Instagram
Temo abandonar la comodidad que me dan los versos tristes,
las canciones "cortavenas",
los anillos de Saturno,
que hacen que Marte se vea tan desnudo,
como tu risa ahora en mi mundo,
los días de invierno ahora serán menos fríos,
con mi luz al final del camino,
y es que he abierto la ventana y han volado las páginas de todas las poesías que escribí para tí.
El Sol, con su batallón de rayos arrogantes, eclipsa a la Luna.
Hoy, hay un Sol de invierno, que inunda...

2 comentarios:

  1. Sí, Estefanía, a veces hay cierto placer morboso y extraño en el dolor. Pero no, hay que abrir y abrirse al mundo para que el amor, que solo es uno, adopte sus múltiples formas y colonice otros corazones o al mundo en su globalidad. Un abrazo.

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  2. El dolor inspira, el dolor nos deja sumidos en melancolías aletargadas, a veces bello aún doloroso... Pero más bello es saber retomar el vuelo. Un beso preciosa, gracias de nuevo :)

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