martes, 15 de marzo de 2016

Siempre nos quedará París...

Respiraron hondo y echaron a andar en dirección a su escondite. Sólo un par de coches cruzaron por su lado antes de llegar al puente tendido sobre un turbulento río, lleno de barcos guía anclados a las sombras de tiempos mejores. 
Pasaron entre las casas humildes y abandonadas de aquella ciudad que un día resplandeció, había poco gente y nadie les prestó atención. 

Puente Alejandro III, París

Se mantenían en actitud vigilante, por miedo a que alguien les reconociese, pisando adoquines gastados mientras se acercaba el ocaso. Las estrechas callejuelas se enroscaban, tanto o más que sus ganas. Bajaban la mirada culpable ante ancianas que miraban recelosas tras las cortinas de sus ventanas. 
Llegaron y empujaron la desvencijada puerta que crujió tanto que puso sus diez sentidos en alerta.
Al fin solos, bandos opuestos con un corazón loco, se arrancaron la ropa, se lo dieron todo. Cerca del sonido de las bombas y de tanto odio, rindieron homenaje a la ciudad del amor, olvidándose el miedo, temblorosos. 

Lucha entre el bien y el mal

Desde la torre de su infierno,
mi señora observa con silencio,
mientras sus dos guerreros alados se abren paso allá en el cielo.
Se agrietan con duros golpes el escudo de autoestima,
las nubes anuncian metáforas
de sus dudas más sombrías,
escondiendo tras sus lágrimas reprimidas, 
el fracaso que temía.

Ponte Sant'Angelo, Castel Sant'Angelo, Roma.


Más señora... ¡No claudiques!
Por más que en el camino nos coloquen diques.
Ahora toca ser osada,
al maligno no me invoques,
resolvamos laberintos
aunque alguien nos provoque.
Lucen en sus espadas el desenlace más cercano,
ese bien que tanto anhelas y que juzgas tan lejano.
Entre el bien y el mal te has debatido,
tu ira ha reflejado tus peores instintos.
Llorando y gritando has desgarrado tu alma,
acaba ya con tu batalla e implórate la calma. 

Mi viaje

Mi viaje se ha hecho largo, con sendas peligrosas y oscuras, con ríos salpicados de alegría y locuras.
He sido sabia e imprudente. Me han amado, traicionado y abandonado. Yo también he hecho daño. He herido y humillado. He perdonado y suplicado. He claudicado. He regalado mi corazón y mi alma. He visitado a la nostalgia y me he dejado abrazar por la impotencia. He lanzado flechas con mis letras purgando mi condena.

Río Moldava, Praga


He trepado al cielo escapando de las arenas movedizas del infierno. He visitado y criticado a mi propio yo desde el espejo. He luchado con fe ciega como escudo y experiencia por montera. He sonreído a la pena, por su enseñanza eterna...
Pero pasan las páginas de un diario de abordo y el viaje continúa, navego con la seguridad de que ahora será más fácil que nunca. 

miércoles, 2 de marzo de 2016

Vacía sin tí

Intenté no pensar en su cuerpo pálido, sus ojos inertes, sin vida, habían sido cerrados por última vez frente a una desconocida, la misma que acariciaba su rostro con una tela metálica y fría.
Subida al Castillo de Santa Bárbara (Alicante)

No se cuanto tiempo estuve ahí, paralizada, recordando. Subí las escaleras como una anciana, cogiendo fuerzas para pasar de un escalón a otro. Se había ido... ¿Quién iba a programarme el vídeo, a arropar con sus pies calentitos los míos fríos? ¿Quién seguiría año tras año preparándome el Cola Cao de los domingos? Pensé en todo aquello sin sentirlo, tambaleándome hacía la pared y dejando resbalar mi espalda por el granito.
Saqué mi móvil del bolsillo, tanteé con dedos temblorosos hasta visualizar su último mensaje: "Voy para casa cariño, me muero por verte". Me llevé el teléfono a la mejilla, como si aún quedase su esencia en la pantalla y pudiese entrar en mí. Mojé cada letra con mis lágrimas... - Yo también vuelvo a casa... Vacía, sin tí. 

Catarsis emocional

¿Conoces esa limpieza afectiva en la que sacas todo el dolor y lo escupes fuera? ¿Esa descarga de emociones que resbala por tus mejillas a borbotones? ¿Esa catarsis visceral en la que nuestro cuerpo expulsa de nuestra mente todos los recuerdos que mortifican, palabras que suscitan, suposiciones que lapidan mil errores que existían? 

Y respiras... A bocanadas, 
desgastada y cansada... 
Entiendes muchas cosas, y eso te da paz, porque no hay nada más reconfortante que aceptarte tal cual.

Cala Cantalar (Alicante)
Te diré... Que hoy he sentido alivio y agua bajo mis pies,
he sentido la brisa sobre mi piel,
hoy he sentido mi melena al viento, 
colándose entre las comisuras de mi sonrisa, otra vez.

Que hoy he soltado amarras, 
he liberado mariposas secuestradas en mi ser,
Hoy le he lanzado un beso a la nostalgia,
y he sonreído de nuevo, al volverte a ver. 


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Estamos hechos de agujeros,
para no reventarnos por dentro. 

Mi vacío

No consigo pensar que estoy a salvo, 
que me protege una estabilidad con la que muchos han soñado.
Siempre falta algo... Me abrazas en mis sueños
regalándome tu sonrisa.
No estés triste vida mía, me repites cada día.

Y en ellos me evado en la música para escapar, 
disfrazando la nostalgia y
fingiendo no estar mal.

Pero me despierto con las sábanas inundadas.
Los ojos inertes de tantas lágrimas.

Y aunque pongas voluntad en consolarme,
no puedes competir con el vacío y la angustia que en mí arden.


Cala Cantalar (Alicante)

La locura me pisa los talones,
me rompe el lápiz y me tuerce los renglones.

No me sirve que me digas que mañana me encontraré mejor,
si sólo tengo ganas de gritarte:
No estás cerca.
Cuanto te echo de menos... 

Mejores amigos

- ¿Sois pareja? 

- No sólo somos amigos. 

- Os compenetráis tan bien..., creí que eráis novios. 

Cala Manzanera, Calpe (Alicante)
- Es mi mejor amigo, el que me aguanta antes, durante y después de que me enamore, el que me hace reír a carcajadas, el que desea secarme todas las lágrimas, al que deseo contarle cualquier cosa que conozco o me pasa, el que me extraña de noche si no hablamos nada, quién a pesar de los errores siempre me alaba, él que me chincha y no lo mato a pesar de sus palabras, por él que me alegro cuando es feliz con otra aunque a veces le eche en falta, quién como un hermano discutimos mucho y nos perdonamos todo, dejando las cosas claras... 

- ¿Y por qué no sois novios? 

- Caprichos de la vida y el destino, supongo. 

- Pues parece que os queréis... 

- Con toda el alma. 

Cuando me necesites

Estaré, siempre que me necesites, 
cuando rías, cuando llores
o en tus días más viriles...
Siempre, cuando más me necesites.
Tiemble el frío, queme el sol o arrase el viento en los jardines.


Déjame escribirte, dibujarte, consolarte, acariciarte.
Permíteme ser tu guía bajo las sábanas, en tus noches más salvajes.

Cuando me necesites... Tan sólo dime lo que sientes, prometo que caminarás por la vida, con ojos resplandecientes. 

Recuerdos de una infancia

En esta época inusual, donde lo hermoso parece extinguido, donde las personas se esconden, no sólo del extraño, sino también de los amigos, donde estamos deshumanizados, tan faltos de afectos o cariño... Es sólo el paisaje de algunos sitios, el que aparece inalterable, sumido en el olvido.
Nos recuerda un pasado, gentes con las que compartimos penas y alegrías, atardeceres calurosos y canciones de chicharras, a codazos y risitas en misa con los zapatos de los domingos. Ese primer y último cigarro con ojos y garganta picantes escondidos entre los juncos del río. Tímidos primeros besos, escarceos a destiempo y música de Extremoduro en radio cassettes viejos. 
Vistahermosa (Alicante)
¡Si pudiera rescatar de entre la maleza tantos recuerdos que han configurado una infancia entera...! Si pudiera dar vida a esa casa que esconde la vida de mis abuelos... Irían floreciendo desde el óxido y desconchones una pared recién pintada, la vetusta puerta verde donde siempre nos llamaban, esas persianas que pesadamente levantaba, para ver caer la lluvia y disfrutar del olor a tierra mojada.
En esta época inusual, donde lo material es más importante que lo sentido, sólo nos quedan los recuerdos, una sonrisa en los labios y un corazón afligido.