viernes, 20 de enero de 2017

Dime que te quedarás

Fundé mi futuro y pensamiento entre letras
y, sin fundamentos,
decidí que ya era tarde para escribir.
Solo escupía letras dignas
de un poeta arrogante marcado,
que se ha marchado antes de llegar,
de un artista carente de musa
que llevaba una vida buscando una
sabiendo que no la iba a encontrar.
El otoño invadió mi cuarto
y arrancó a tirones las hojas de mis libros,
las letras, los versos,
los poemas de mi cuaderno escritos
que no podía extraer de mis pupilas,
que no podía imaginar.
Llegaste de manera inesperada,
en un momento inadecuado,
Y fuiste verso del poema más rebelde
que jamás haya creado.

Álcazar de Toledo

Fuiste musa incandescente
en mis noches más oscuras,
La libertad de un susurro que gritaba al viento,
soñando nuestras canciones favoritas enmarcadas en silencio.
Fuiste el huracán más cruel
que asoló una ciudad perdida,
toda ella hecha de papel
y lágrimas de tinta.
Desde que (tu) caos y arte
son mis palabras preferidas,
me revuelvo en la cama mientras me dibujan.
Siento en mi cadera el cosquilleo de un pincel, 

que ahora tiñe dicho papel de sonrisas mañaneras.
Estas sábanas vuelan desde que,
como un vendaval,
entraste por la puerta.
La ventana está abierta
y parece que llevamos toda la mañana soñando despiertos,
vivir por la noche tiene sus ventajas.
Hace tiempo que no llueve en este cuerpo
y ahora abrigan las noches a la luna,
que hace horas que es de día,
pero ella no se va,
tampoco me gustan las despedidas,
así que dime niño...
Dime que te quedarás.
Sólo tú puedes convertir los sueños... 

en realidad. 

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