lunes, 30 de enero de 2017

Sentir(TE)

Te quiero, como se quiere un ataque de risa, un álbum de fotos antiguas, una tarde de lluvia con la cintura llena de cosquillas.

Te espero, como se espera el chute de cafeína un lunes, como esas cartas que aguardaban en tu buzón al llegar de clase, como tus labios al principio de ese abrazo que no deseas que se acabe.

Te deseo, como se desean esas noches de luna llena que acaban en melodía y amanecer, como los solos de Jonh Coltrane, como los dedos surcando los pliegues en mi piel.

Te pienso, como se piensa cada pareja paseando por el parque, en cada cambio de ropa interior, en cada saludo de postal, en el cristal de mi ducha al despertar.


Te miro, en cada minuto de reloj, esperando que suenen las siete, el número favorito para convertirlo en puesta de sol... y lluvia, y Jonh Coltrane y caricias en el parque, y sol y luna, y también postales, erecciones y cafés y locuras de mediodía o al atardecer.

Como a las cosas más bonitas, como empezar a SENTIR(TE) tras tu mirada, sobre la mía... ❤

No lo hagas...

No lo hagas...
No cometas el mismo error que yo cometí, el de quererte.
Quererte más que a nadie. 

Quererte por dentro y por fuera. 

En todos los días de lluvia y en los últimos minutos del verano.
El error de subirte a mi cabeza y dejarte aquí adentro volando.
Que me empapes las ilusiones de mis juicios con la idea de una vida bonita, 

sólo posible si estás aquí.
Qué de haberlo sabido no hubiésemos contemplado éticas,
hubiese comido sobre tu espalda, 

con las manos y sin cubiertos las intenciones que ahora siento 

y me hubiese limpiado la boca de tus miedos en algún rincón de tu cuello. 

Hubiese estornudado mis ganas, 

las que ahora te tengo, 

las que están en el lóbulo de tu oreja para que ninguna se escapase.
Te hubiese empujado hacia mis caricias con abrazos que son todos tuyos, 

hubiese recorrido sin permiso y con palabras descalzas 

el enredo de tu pelo con la simpleza de un te quiero.
No lo hagas. No lo cometas.
Perderás siempre.
El error de sujetarte a mi lado más dependiente transformándome en alguien que nunca fui.
Como he perdido ahora que no te tengo, 

ahora... que ya no estás aquí. 

viernes, 27 de enero de 2017

Sol de invierno

Comienza el invierno...
Y por primera vez,
despierto sin el remordimiento de haberte dejado ir,
ya no me ahoga el collar que me regalaste y luego convertiste en soga. 
El sol lucha por inundar mi habitación a través de los huecos de una persiana que lleva demasiado tiempo cerrada y solo ha visto la luna. 

Foto cedida por David López, @davidlopal en Instagram
Temo abandonar la comodidad que me dan los versos tristes,
las canciones "cortavenas",
los anillos de Saturno,
que hacen que Marte se vea tan desnudo,
como tu risa ahora en mi mundo,
los días de invierno ahora serán menos fríos,
con mi luz al final del camino,
y es que he abierto la ventana y han volado las páginas de todas las poesías que escribí para tí.
El Sol, con su batallón de rayos arrogantes, eclipsa a la Luna.
Hoy, hay un Sol de invierno, que inunda...

El verso se me atraganta, la prosa se escapa.

A veces parezco atisbar algo de esperanza cuando consigo que te marches de mi mente durante toda una jornada,
una sensación pasada que se remite a nostalgia cuando reapareces como si no ocurriese nada,
como el nada que he sido en tu vida a pesar de las palabras,
solo eso, palabras...
Disfrazadas de las que ya no sabes nada.
Me descubro escribiendo tu nombre en esquinas de hojas tachadas,
por más que intenté recitar pausadamente,
el verso se me atraganta, la prosa se escapa,
y mis dedos no logran alcanzarla.
Ahora entiendo los escritos de Salem cuando hablan de vacíos,
parece que sus letras manchadas de metáforas me ahorran tener que decir cuánto he sentido.

Dicen por ahí que el tiempo lo cura todo,
pero el tic-tac de éste reloj anda gastado,
ya no va al compás de mis deseos,
sabe que es humo todo cuánto anhelo,
fantasía todo aquello en lo que creo
y que ya no queda nada...
Sólo rabia,
que como agua me resbala
y va calando en mis entrañas,
haciéndome ver
qué después de tanta lluvia saldrá un arco iris,
qué a quien lea entonces será a Benedetti,
y desde ese Nirvana parecido al Paraíso, podré decir:
"Ya no importa lo bonita, lo fea,
lo mucho o lo poco que sea para tí,
porque ahora, a veces,
sonrío, y soy feliz". 

Por tí, siempre por tí.

AMA todo lo que hagas, 
ESCUCHA a tu corazón, 
IGNORA a los que dicen que soñar es de ilusos, 
CONFÍA en tu intuición, 
EQUIVÓCATE para crecer, 
SIGUE tu pasión,
CONOCE tus habilidades,
CREE en tus sueños,
JUEGA sin parar,
ARRIESGA para ganar,
RÍE... ¡¡SONRÍE!! 

Por tí, siempre por tí, porque sólo tú puedes hacerte feliz, no hagas a nadie responsable de esa felicidad, los demás sólo son compañeros en tu gran viaje en la vida, quiérete y hazte querer.
Tú lo vales..

No llegaste para quedarte

Has tachado de mi calendario los 14 de febrero,
los cumpleaños...
los que serían nuestros aniversarios.
Has crucificado la realidad de un plumazo,
cada lugar al que viajaríamos,
las cenas con amigos,
los atardeceres entre abrazos.
Has marcado de soledad tus noches,
sin saber cómo respiro cuando duermo,
como despierto excitada bajo tu aliento,
como sonrío si te sueño.
Te lo has perdido...
El cocido de los domingos,
hacer el amor tras discutirnos,
como idiotas en un juego de equilibrios
tratando de desabrochar ese vestido rojo, que ceñido,
te atrapaba,
como quien te hacía reír a carcajadas,
te disipaba los miedos, te cuidaba.

Foto cedida por David López (@davidlopal en Instagram)

Te retroalimentaba las fantasías que te mantenían con vida aunque no sirviesen de nada.
Has falsificado tu obra de arte para valorarte,
sin darte cuenta de que tu corazón ya lo vale,
y que pueden amarte sin necesidad de disfrazarte.
Aquí no hay víctimas, ni culpables,
sólo dos corazones errantes que añoraban encontrarse.
Has eliminado el cielo que dibujaba nuestros anhelos demostrándome,
que quizá no es tan de locos esto que te cuento,
que debías desaparecer para dar paso a una realidad cargada de hechos.
Donde alguien me devuelva el aliento que perdí intentado explicarme,
que me regale flores al invitarme a ese té de media tarde,
y me deje mirar sus ojos para poder adentrarme, derramarme.
Ahora sé que no llegaste para quedarte,
y tus recuerdos quedarán escritos en un cuaderno olvidado en un cajón,
junto a la indiferencia que me obsequiaste.

miércoles, 25 de enero de 2017

Invernar hasta que pasen los miedos

Me miro en el espejo y me veo diferente,
temblando intento fijar la mirada en mis ojos carentes de un credo.
Que no me conozco,
me pierdo...
Me mantengo a flote con el agua que me llega al cuello.
Levanto los brazos, lo intento,
y me veo venas aún más marcadas,
que ramifican caminos que no sé seguir... No puedo.
Que siento un vacío en mi pecho,
que sin querer le echo de menos
y queriendo deseo dormir.
Invernar hasta que pasen los miedos,
que viajen las nubes que llevan mis tormentos
y dejen mis estrellas brillar.
Que tengo por ojos dos cuevas vacías donde mariposas no quieren volar.
Una niña que escupe de ira,
donde la rabia golpea y desea escapar.
Y si miro a mi alrededor sólo veo
los cuentos de hadas en los que ya no creo,
y una escoba para barrer,
un alma herida y sus restos.


Templo de Deboh (Madrid)

No le pienso porque no le olvido,
y no le olvido por no quererle recordar. 

El aire huele a tí

Solía salir a oscuras a bailarle a la luna,
le gustaba enamorarla con el contoneo
y su locura,
acariciando sus anhelos
para que sólo fuese suya.
Y le gustaba mirarle a él
mientras éste se movía,
con miradas provocadoras
que sabia seducían.

Palacio Real (Madrid)

Le gustaba ser esa chica buena
que no aguanta tantas ganas,
pero siempre tenía una excusa
para buscarle y hacerse la mala.
Ella amaba el caos,
y a él sólo le gustaba ella.
Solía salir de noche a ver cómo bailaba
y cada día tachaba un calendario que le acercaba a su mirada.
Ella pertenecía a la noche
pero al oír su risa quedó atrapada,
Y es que hay días que el aire huele... 

a (s)tu sonrisa recién horneada.

Descúbreme

Descúbreme bajo mi abrigo, 

en la habitación a solas,

en el silencio que hay cuando no te miro.
Descúbreme subida en la montaña de todas mis cosas por hacer,
en mis manos temblorosas cuando ya no sé qué hacer.
Descúbreme cuando voy de espaldas, cuando no cruzo la calle,
cuando no me atrevo a nada.
Descúbreme cuando no tengo hambre y tengo mucha sed,
cuando me aburro
y cuando me quiero ir.
Descúbreme los martes,
o esos momentos en los que necesito hacerte sonreír.
Descúbreme mirando que no hay nada,
pensando que hoy puedo todo.
Descúbreme con la piel dolida,
sin el sonido de tu risa. 

Catedral de La Almudena (Madrid)

Descúbreme caminando por Madrid,
o por Alicante,
mirando la lluvia,
esperando la luz verde
para acercarme a tí.
Descúbreme hoy espiándote,
mañana rezando
y pasado llorando.
O riendo a carcajadas entre tus brazos.
Y de tanto descubrirme,
no me dejes esconder.
Que como me descubres cuando tu me observas...
vuelvo yo a descubrirme,

y renacer. 

viernes, 20 de enero de 2017

Dime que te quedarás

Fundé mi futuro y pensamiento entre letras
y, sin fundamentos,
decidí que ya era tarde para escribir.
Solo escupía letras dignas
de un poeta arrogante marcado,
que se ha marchado antes de llegar,
de un artista carente de musa
que llevaba una vida buscando una
sabiendo que no la iba a encontrar.
El otoño invadió mi cuarto
y arrancó a tirones las hojas de mis libros,
las letras, los versos,
los poemas de mi cuaderno escritos
que no podía extraer de mis pupilas,
que no podía imaginar.
Llegaste de manera inesperada,
en un momento inadecuado,
Y fuiste verso del poema más rebelde
que jamás haya creado.

Álcazar de Toledo

Fuiste musa incandescente
en mis noches más oscuras,
La libertad de un susurro que gritaba al viento,
soñando nuestras canciones favoritas enmarcadas en silencio.
Fuiste el huracán más cruel
que asoló una ciudad perdida,
toda ella hecha de papel
y lágrimas de tinta.
Desde que (tu) caos y arte
son mis palabras preferidas,
me revuelvo en la cama mientras me dibujan.
Siento en mi cadera el cosquilleo de un pincel, 

que ahora tiñe dicho papel de sonrisas mañaneras.
Estas sábanas vuelan desde que,
como un vendaval,
entraste por la puerta.
La ventana está abierta
y parece que llevamos toda la mañana soñando despiertos,
vivir por la noche tiene sus ventajas.
Hace tiempo que no llueve en este cuerpo
y ahora abrigan las noches a la luna,
que hace horas que es de día,
pero ella no se va,
tampoco me gustan las despedidas,
así que dime niño...
Dime que te quedarás.
Sólo tú puedes convertir los sueños... 

en realidad. 

Mapa de ausencia

Noviembre se fue haciendo de las suyas,
dejando la cabeza más revuelta que de costumbre.
Metió duda en mis cuadernos,
guardo libertad en mis renglones.
Dejó ganas de más bajo la manta
tras muchas noches de pasiones,
alargando lo que pudo aquel otoño
de madrugadas de café
y almuerzos con cigarros.
Vicios, que si bien nunca me han gustado,
en tu boca eran tesoros,
fumándonos sin filtro,
con besos donde apostamos todo.


Y ahora me adentro en los abetos de un Diciembre,
perdida entre las luces que tintinean al fondo,
decorándolos con el hilo rojo que se ha quedado cojo.
Como salida sólo un mapa de ausencia,
con tu caligrafía entre mis lunares
y tus dibujos en mis recodos.
Las lágrimas saladas que han mojado
este suelo de hojas caduca(N),
toca remontar el vuelo,
avivar de nuevo el fuego.
No quiero ser alma en la cuneta,
No soy de las que se rinden sin haberlo intentado.
Así que me abrazo, grito, corro, salto.
Necesito alcanzar esas luces
que me saquen del letargo. 

Me gusta

Me gusta.
Cuando mis palabras te buscan a deshoras,
se independizan de la cornisa de mi boca,
y ya no me pertenecen.
Son de tus ojos.
Ya son parte de tu mente.

Me gusta.
Cuando los relatos narran besos correspondidos,
noches eternas,
corazones remendados,
incertidumbre inoportuna
y el tiempo,
como cenizas que escurren
entre las manos.


Puerto de Catarroja - Valencia

Me gustan.
Esas curvas,
las de tus pestañas y tú sonrisa,
las que desajustan lo planificado,
que te alegran lo cotidiano,
esas curvas que sonríen en días de lluvia
haciendo que brille el día.
Esas curvas, que por las noches se tornan peligrosas
entre curiosidad y osadía.

Y es que... Me gusta (s). 

Porque haces que me sienta viva.
Cuando parece que todo gira en línea recta
Porque eres tú quien me cuida.
Y me siento en las nubes,
sin miedo a la caída. 

lunes, 16 de enero de 2017

Naufragio a la deriva

Léeme cuidadosamente,
porque de ello derivará todo el sentido de estas líneas de mi naufragio...
Si confieso que te extraño,
no será porque empiezo a delirar de sed,
la sed es que se resista tu boca a la mía.
Has sentido como me aferro a tus labios cuando nos ahogamos en deseos carnales,
siempre a la deriva, sin tocar tierra por temor a renunciar a estos sueños hechos vida. 

Puerto de Catarroja - Valencia

Ambos sabemos lo que es tener todo definido,
lo aburrido de tener que ir persiguiendo al tiempo mientras se desmorona en nuestras manos. 

Mejor, vamos a invertir en tacto,
en esta isla paradisíaca de espacios secretos con la que tanto soñamos.
Adoro descubrir las fronteras de tu cuerpo,
ahorrar saliva,
y pedirte, sólo con mi mirada,
que por favor no dejes de clavar tus besos en mi alma,
mientras erizo tu piel con mis caricias sobre la parte baja de tu espalda.
Es muy importante que leas esto cuidadosamente,
porque mis manos tiemblan de abstinencia
y aún no sé si recibes este mensaje,
embotellado cuidadosamente y enviado por mar abierto,
donde temo que muchas cosas se hayan perdido para siempre... 

No dejes de girar

Puede que un día de estos
cuando seas un poco más tú
y yo dependa menos del resto,
ese cincuenta se convierta en cien,
pero yo seguiré queriendo(te)
a esos preciosos ojos
y esa tímida risa
que cuesta tanto sacar.
Me he curado mil heridas
desgarradas al no besarte,
y estoy aguantado las ganas
de quererte hasta el día de hoy.
Eres algo diferente,
destacas entre la gente
y parecemos idiotas
los que no te sabemos valorar.
Pero ya no importa los días en que estemos arriba o abajo,
pinta tu vida de colores
y no dejes de girar. 

Noria Tibidabo - Barcelona
🎡 De todos mis delirios y mis cuentos,

eres mi mejor argumento. 

Te quiero

Te quiero, ¿lo entiendes?
Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. 

Podría repetirlo hasta que mis labios se sequen y las palabras dejen de tener sentido.
Podría escribírtelo en francés o en chino, al revés, con letras rojas o con tinta invisible. 

Podría tatuártelo en tu frente, para que lo vieras cada vez que te miras. 

Podría hacer que un avión lo escribiese en el cielo, como en las películas; o que apareciese en el marcador en medio de un partido.
Pero no existe ningún avión que pueda describirlo con claridad, no me gustan los partidos, ni se hablar chino, y en francés hay quien lo hace con más gracia, te dan miedo las agujas y no se encontrar tinta invisible.
Y me dejaré disparar,
si las balas son besos
si la pistola apunta a mi cuello,
y quien aprieta el gatillo eres tú.
Porque solo me queda decírtelo... 

Te quiero ¿Lo sabías? 

lunes, 9 de enero de 2017

Le he pedido a la luna...

Le he dicho a la luna que anoche soñé contigo,
le he contado cada uno de los detalles que se dibujan en mi mente.
Le he explicado que desde que existes las estrellas no son blancas sino doradas,
y que sólo con mirarte haces que todas se apaguen.
Le mentiría si le dijese que es única,
pues al reír tus ojos forman dos medias lunas que a su lado la eclipsan.

Le he pedido que te mande un mensaje cuando mires el cielo, tan sólo uno: "Te pienso".
Pareces ponerlo imposible y eso aviva el fuego,
si te prometo que no habrá un final...
¿Me prometes un comienzo? 

sábado, 7 de enero de 2017

Tan sólo ven...

Ven...
Vamos a ponerle un hilo fuerte a la aguja que cose nuestra historia y pintura roja por si un día se le olvida, por esas cosas de la vida, que tenemos el corazón ajeno atado al propio, y el propio lo hemos entregado abierto y latiendo, sin corteza ni esqueleto.
Ven...
Por si uno de los dos llora.
Para saber lo que toca. Para no separarnos.
Para no despedirnos.
Para no descosernos.

Ven...
Vamos a gritar con todas las fuerzas lo que lastima y lo que lastimó para sacarlo de adentro, pero sobre todo para que no vuelva.
Vamos a correr alrededor del mundo con la misma velocidad con la que te quiero dar un beso cada vez que te veo.
Vamos a arrodillarnos, acariciarnos, vernos.
Vamos a dar gracias. Gracias por dejarme respirarte hondo, llenarme los pulmones de tu aire, vaciarme el estomago de un suspiro y volver a llenarme de esta ansiedad que me provoca querer quererte de manera limpia, cuando nos damos un revolcón sucio para limpiarnos las ganas.
Ven, tan sólo ven... para que nunca más te vayas. 

Mi cumpleaños

Hace dos días fue mi cumpleaños, llegué a la hora en que recién llegaban los Reyes Magos para su desfile de ilusión... 


La vida pasa y te va enseñando, que la felicidad está en las pequeñas cosas que significan mucho, que tenemos más cuando disfrutamos de tener menos, que las cosas no son lo que valen sino como las valoremos.

Aprendes, que los mejores días nunca son los planeados, que un día no es perfecto por ser tu aniversario, que se puede disfrutar más cualquier día del año.

Que se puede vivir pasando por debajo de las escaleras un martes y 13, que no hay peor superstición que el pesimismo y las gilipolleces.
Comprendes, que más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto, que la muerte cualquier día te visita trayéndote el desayuno. Así que mejor vivir día a día como si éste fuese el último, ya... Ya sé que suena a tópico.

Ahora sé, que el odio y la envidia no valen para nada, qué bastantes leches nos da la vida como para andar buscándolas. Que hay un Dios que cada uno llama de una manera, y los que más lo nombran son quienes de él reniegan.

Llamadme rara... No bebo, no fumo, ni siquiera un café como psicotrópico. Pero sueño, con volar alto y llegar lejos, que la fantasía es la droga que más coloca y te deja ciego.

Que la familia no se elige, pero si tu música y con quien bailarla. Que sólo tú decides perder tu vida o encontrar la mejor forma de entregarla.

Y entiendes, que quien pretende agradar a todo el mundo, no hace feliz a nadie. Que yo quiero enemigos que acaben orgullosos de mí y se giren al mirarme.

Y es que todo empieza dando un paso. Aunque te encuentres derrotado. Qué la vida es caminar, y si tropiezas,  te levantas, y sigues andando.

Y eso llevo haciendo yo... Y ya van 34 años... Gracias, un año más, por dejarme disfrutarlo a vuestro lado.

lunes, 2 de enero de 2017

Querido 2017...

Querido 2017, te escribo de manera improvisada, sin borradores, sin rimas, lo que salga.
No se me da bien ponerme retos ni formular deseos, ni me gusta esperar más de lo que creo que puedo recibir, pero vas a ser un año de cambios y crecimiento en mi existir. 
Dejo atrás a una niña en transición, que ha superado más de lo que muchos podrían soportar. 
También a una chica valiente, que tuvo los ovarios de ser libre a ratos,
y de empezar proyectos que antes ni habría imaginado.
Ojalá me traigas suerte, 
llegar a la cumbre de esta montaña que he estado subiendo y tanto esfuerzo y daños ha causado (no solo figuradamente),
bien la merece. 
Y es que la primera vez que escribí, fue un libre grito de desahogo, el sentimiento era nuevo y extraño. Leerme en el papel me hizo sentir desnuda, expuesta completamente a mi propio criterio y con miedo a la derrota.
A partir de ese momento y bajo la continuidad de la escritura, empecé a entender que únicamente escribo por la necesidad de explicarme las cosas que no entiendo.
Hoy más allá de buscar alguna explicación, busco cerrar un ciclo, o en su defecto, darle continuidad a otro.
- La búsqueda insaciable -. 

El pasado fue termómetro para medir muchas cosas. Ha sido bálsamo y limón en la herida. Lo cual me explica en muchos sentidos que poco a poco nos acercamos al clímax. 

Visualmente hablando, les he compartido muchos momentos, los he traducido y se que vendrán nuevos retos, otras lunas, días y noches para soñar y despertar en diferentes realidades y argumentos.
Agradezco al miedo que me ha llevado a rozar el límite. 
Este pasado año sentí varias veces que volvía a escribir por primera vez. La estabilidad es adictiva, y el vértigo también. 
Pero el constante coqueteo con el éxito, con pequeños logros diarios, es la droga de quien vive en el exilio.
Así que hoy te pido ser capaz de conseguirlo, 
compartiendo, disfrutando, aprendiendo... 
Todo aquello que en mí ansío.

¿Valoramos cuánto tenemos?

Y la vida sigue corriendo, con amores a destiempo, historias imposibles, sentidos desordenados, recuerdos frustrados, tatuajes imborrables y heridas incurables. 
Besos a escondidas entre viejos soportales.
Cuídates, disfrazados de adioses tristes, cuando en el corazón son solo hasta prontos y días grises.
Querer valorar el presente jugueteando con un pasado que jamás podremos entender, por miedo,a asumir un futuro que no sabemos ver. 
Buscar incansables la (in)realeza de sangre azul, cuando es la roja la que bombea la pasión, como ese hilo que se aferra a un imposible hasta hacernos perder la razón. 
Acabar rebuscando luz verde que ilumine caminos llenos de desolación.
Cargaditos de miedos, dudas, temores, con hierbajos de rencor.
No entender, ni saber por qué, ni por qué no.
Incertidumbres arraigadas por falta de comunicación. 
Y tras la nada, seguir caminando, a pesar de todo. 
Y llorar refugiándote en la ducha, donde las lágrimas se disimulan,
donde girarnos mientras frotamos culpa, cantando aún estando rotos, donde gemir con anhelos sordos.
Seguir sonriendo,
viviendo una vida incompleta, falta de algo o de todos, disfrazada de lo que queremos que sea pero sin parecerse a lo que necesitamos o simplemente, creemos, nos haría feliz, que no es más de cuánto ya tenemos y no sabemos asumir. 
Historias complicadas, raras,
que duelen, que calan, disfrazadas de luz donde sólo hay añoranza.
Añoranza de algo que ni siquiera sabes si has perdido, donde nunca apreciamos lo conseguido.
Arrancamos de nuevo hoja del calendario y una nueva oportunidad se nos presenta.
¿Valoramos cuánto tenemos y dejamos pues, de comernos la cabeza?

¡¡Feliz Año Nuevo!! Os deseo doce meses llenos de felicidad, gracias infinitas por estar