miércoles, 13 de diciembre de 2017

Renacer

Me he visto llorarle demasiadas veces al espejo que refleja mi verdad
y no tengo miedo de hacer saltar los puntos de cada cicatriz,
hasta abrirme por la mitad.

Hay días en los que el infierno no es mal destino cuando es necesario escapar.
Cuando estás harta de caminar por la cuerda floja de la estabilidad
y solo deseas saltar a los confines de donde sabes
que cobra protagonismo tu vulnerabilidad.

Hay días en los que es necesario partirte en mil pedazos
para reconocer cada trozo,
limpiar las esquirlas que hacen que brilles
a pesar de tantos rotos.

Asumir la huida,
gritar la ira,
agotar las pilas,
convulsionar suicida...
Romper las fotos.

Y renacer.
Barrer nostalgias, 
mudar la piel.
Limpiar el rímel, 
saborear el rojo, 
sonreír desafiante, 
volver(te) a querer.

No soy princesa,
no soy perfecta,
no soy serena,
no soy la buena...
Aprendo a ser mujer.

Hay días en los que al dejar volar tus cenizas, 
te encuentras más cerca del sol...

y ya no temes volver a caer.