Me oprime la impotencia,
la pena y la condena.
El techo se desprende,
hay luz insuficiente
y las paredes me encadenan.
De que sirven mis lamentos, mi castigo,
sino quiero lo que hay fuera.
La libertad es relativa,
si con todo el mundo a la vez,
no se puede ser sincera...
No hay peor reproche hacia uno mismo que encerrarse en esta trena,
que es la soledad sin tu perdón que hasta mi cordura desordena.
En el Castillo de Santa Bárbara - Alicante |
Te comparto en twitter.
ResponderEliminarMe encanta!
Por mí encantada!!! Gracias de verás, me alegra que te encante :)
EliminarEs bueno sacar, eso sana, Estefanía. La poesía nos da alas. Luego, "todo pasa, nada queda, ...caminos..." Sigue tu camino. Besos.
ResponderEliminarAlma amater.
Tienes toda la razón, escribir ayuda a desahogar el alma. Sigo mi camino y mi vida en general. Gracias por todo, eres siempre tan amable :)
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