martes, 9 de febrero de 2016

Tras la ventana

Me oprime la impotencia, 

la pena y la condena.
El techo se desprende, 

hay luz insuficiente 

y las paredes me encadenan.
De que sirven mis lamentos, mi castigo, 

sino quiero lo que hay fuera.
La libertad es relativa, 

si con todo el mundo a la vez, 

no se puede ser sincera...
No hay peor reproche hacia uno mismo que encerrarse en esta trena,
que es la soledad sin tu perdón que hasta mi cordura desordena. 

En el Castillo de Santa Bárbara - Alicante



No hay vacío mas grande que el impredecible abandono,

ni castigo mas destructivo que esta implacable ignorancia,
La culpa es más dañina al saberte herido,
y el remordimiento no alivia, 

no ayuda a borrar palabras.
Impotencia, dolor y rabia en cada acto,
dilapidaron cualquier recuerdo que hubiésemos amado.
Solo queda el autoperdón para mi alma, 

encerrada triste tras la ventana,
Lágrimas, reproches, mil lamentos... 

Se han clavado como agujas en mi piel tatuada.
Enterraría mi ira e insistencia, 

de cuanto viví feliz contigo no me arrepiento de nada.
La luz se filtra poco a poco y va curando la nostalgia, 
Tengo un ángel que me ayuda, a pensar en un mañana. 

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Por mí encantada!!! Gracias de verás, me alegra que te encante :)

      Eliminar
  2. Es bueno sacar, eso sana, Estefanía. La poesía nos da alas. Luego, "todo pasa, nada queda, ...caminos..." Sigue tu camino. Besos.
    Alma amater.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón, escribir ayuda a desahogar el alma. Sigo mi camino y mi vida en general. Gracias por todo, eres siempre tan amable :)

      Eliminar