Trabajas en algo en lo que te aplauden cada tres minutos, en cambio otras, te das cuenta de lo pequeño que eres en la calle, cuando la gente pasa de largo, sin mirar.
Ejercicio brutal, sobre todo para el ego, ¿Verdad?
Imagino que te marca mucho la soledad que esto supone, y es irónico lo que la nostalgia nos inspira para tocar así de bien en medio de tanta gente...
Te sientes un decorado más en el cual es muy difícil fijarse, tocas en condiciones adversas, gente que no te quiere escuchar, ruidos, sonidos, juegas con tu autoestima, con tu humildad, la gente te mira a veces como si fueses un pordiosero, otras como un artista, de los de verdad, de los que deberían llenar salas de conciertos en vez de mendigar.
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Paseo marítimo de Calpe (Alicante) |
Que me gusta tu estilo 👌 no dejes de escribir
ResponderEliminarMillones de gracias corazón, voy a pasar a visitarte por IG, eres un sol :)
EliminarPero qué lindeza, Estefanía, qué sensibilidad. Me ha encantado este lindo homenaje a los rapsodas de la calle. Un abrazo,guapa.
ResponderEliminarNo están muy bien valorados me temo, como casi todas las "profesiones" artísticas. GRACIAS!! Un fuerte abrazo!
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